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A pesar de nuestro turbulento clima político, los inmigrantes demuestran que el sueño americano continúa más que vivo. Más aún, los pequeños empresarios hispanos aprovechan oportunidades y crean negocios como nunca antes. El resultado es un mayor nivel de vida, una esperanza firme en el futuro y el deseo de ver a sus hijos superar incluso sus propios logros: en pocas palabras, el sueño americano.
Holly Smith, una latina de segunda generación y cofundadora de la empresa de software de gestión de eventos, Curate, lo ejemplifica. Para ella, el sueño americano es "la capacidad de perseguir un mejor mañana, incluso si tú misma nunca ves esa grandeza".
La historia de una inmigrante
Smith, cuya abuela vino a Estados Unidos cuando era una niña pequeña, dice que, a pesar de los obstáculos y los desafíos, la resiliencia de su familia los llevó a perseguir su versión del sueño americano. Sus objetivos eran tener mejor educación que sus antepasados, acumular ahorros y poner negocios en marcha. Los esfuerzos de los miembros de su familia, incluidos los fracasos, inspiraron a Smith y le infundieron confianza para cofundar su propia compañía.
"El sueño americano es lo que impulsó a mis bisabuelos, a mi abuela, a mi padre y, ahora, a mí", dice. "Gracias al duro trabajo y espíritu resiliente de mi familia, tuve la oportunidad de cofundar una empresa de tecnología que está marcando una gran diferencia en la vida de los profesionales de los eventos a nivel mundial".
El sueño americano hoy
Smith no está sola. Muchos empresarios hispanos siguen motivados por la idea del sueño americano. Una de ellas es Gisela Rocha Arroyo, propietaria de UnTamed Natural Care, un negocio para el cuidado natural de la piel.
Rocha, nacida en México, emigró a los Estados Unidos justo antes de cumplir seis años. "Mis padres creían que en Estados Unidos, si uno trabajaba lo suficiente, podía ser cualquier cosa", dice con entusiasmo. Para sobrevivir en México, su madre tenía tres trabajos y su abuela dos. "Aún así, no teníamos suficiente para nada más que lo estrictamente necesario", recuerda. "En México no parecía que importara lo duro que trabajaran, pues nunca era suficiente para pagar todos los gastos y saber que tendríamos algo para la próxima comida. Pero en los Estados Unidos, comimos bien, y tuvimos zapatos de invierno que nos quedaban bien".
Años después, Rocha se maravilla de su negocio. "Aquí estoy, soy dueña de un pequeño negocio: trabajo tan duro como me lo imaginaba y vivo el sueño americano que tanto me costó conseguir. [Ahora tengo] independencia y autosuficiencia", dice. "Mi historia no está llena de glamour, pero creo que compartirla puede ayudar a otros que están luchando por este mismo sueño".
Espíritu de equipo
Rocha agrega que, para muchos pequeños empresarios hispanos, su definición y búsqueda del sueño americano se caracteriza por el hecho de que nunca es una meta para una sola persona. "Tengo un pequeño negocio," dice, "pero siempre tengo tiempo para parar y hablar con otros sobre cómo podemos crecer todos juntos".
Holly Smith, de Curate, está de acuerdo. Lo que el sueño americano significa en última instancia, explica, no es el mejoramiento de un individuo. Para ella, "La marea levanta todos los barcos". Su negocio podrá ser suyo, dice Rocha, pero representa "nuestro Sueño Americano, y estoy tan orgullosa de ello".